Ya os conté hace poco que estaba inmersa en un nuevo proyecto que me tiene totalmente absorbida. La verdad es que tengo mucha suerte: trabajo con la cámara. En una cocina. Así que estoy aprendiendo a ver los alimentos de una forma distinta, de una forma más fotográfica. Y, aunque no tengo total libertad para hacer las fotos que me gustaría hacer, algún caprichito de los míos a veces me asalta y ni quiero, ni puedo evitar. Así que hoy os traigo las dos primeras fotos gastronómicas. Estoy convencida de que no serán las últimas. De hecho, tengo alguna más perdida por el disco duro que, espero, prontito verá la luz (: Quizás una col no tiene mucho glamur… pero esas texturas… ¿Quién se iba a resistir?